MADRID, 30 de mayo. Las noticias desde Ucrania no cesan y esta vez, el eco de la guerra resuena más fuerte que nunca. Las autoridades han señalado con firmeza a Rusia por llevar a cabo un ataque con drones sobre la ciudad de Izmail, un lugar estratégico en la provincia de Odesa, justo al borde de la frontera con Rumanía. Hasta ahora, el Ejército ruso no ha dado señales de vida ni ha aclarado sus intenciones.
El impacto del ataque y las palabras del gobernador
Oleg Kiper, gobernador de Odesa, no se ha quedado callado y ha utilizado su cuenta en Telegram para informar sobre el suceso: “El enemigo ha atacado esta noche Izmail con drones”. La devastación fue clara; una oficina de correos quedó hecha trizas. Afortunadamente, según Kiper, nadie resultó herido en este ataque absurdo. Pero eso no quita lo grave del asunto.
A pesar del caos, los valientes bomberos lograron sofocar rápidamente el incendio que estalló tras el ataque. Kiper añadió que los servicios municipales ya están trabajando duro para limpiar los estragos dejados por esta agresión. “Documentamos otro crimen cometido por los rusos contra nuestra población civil”, enfatizó, dejando claro que la lucha sigue siendo feroz.
Izmail es más que solo un punto en el mapa; es el puerto ucraniano más grande en el río Danubio y ha sido blanco constante desde que comenzó la invasión hace más de un año. Cada nuevo ataque nos recuerda que esto no es solo una batalla territorial; son vidas humanas las que están en juego.