En una jornada más de sufrimiento en Gaza, al menos 14 palestinos han perdido la vida tras un ataque devastador de un dron israelí. Esta vez, el objetivo fue una tienda de campaña que albergaba a familias desplazadas cerca de Al Mauasi, en el oeste de la Franja. No es solo otro número en una lista; son vidas truncadas por un conflicto que parece no tener fin. Entre las víctimas hay cinco niños, lo que añade una herida más profunda a esta tragedia.
Números desgarradores y un silencio ensordecedor
Las fuentes del hospital Nasser han confirmado estas cifras a la agencia palestina Sanad, y es desgarrador pensar que desde el pasado 7 de octubre, la violencia ha cobrado ya más de 54.300 vidas y ha dejado a más de 123.700 heridos. Estos números son escalofriantes y reflejan un drama humano que no podemos ignorar.
Ayer se reportaron 72 muertes adicionales y otros 278 heridos en solo 24 horas. Y lo peor es que estos datos no incluyen lo que está sucediendo en el norte de Gaza, donde los hospitales están colapsados y resulta casi imposible contabilizar nuevas víctimas debido a los constantes ataques.
Aún así, el Ejército israelí guarda silencio sobre esta nueva masacre. La comunidad internacional observa con preocupación cómo se repiten historias tristes en esta región marcada por el dolor y la pérdida.