El pasado 30 de mayo, las autoridades rusas hicieron sonar la alarma al desmantelar lo que ellos llaman un «plan terrorista» en el corazón de Moscú. Según han informado, un individuo local ha sido detenido, pero lo que realmente ha captado la atención son las acusaciones dirigidas hacia los servicios de Inteligencia ucranianos. Todo empezó cuando una portavoz del Comité de Investigación, Svetlana Petrenko, anunció que el caso se origina en una investigación sobre un sospechoso que supuestamente justificaba actos terroristas.
Los investigadores, tras hacerse con su teléfono móvil, encontraron mensajes inquietantes relacionados con un mediador ucraniano y la ubicación de un escondite en un parque del oeste moscovita. Al llegar al lugar, las fuerzas de seguridad se toparon con un artefacto explosivo casero. Según Petrenko, este hombre tenía instrucciones claras: hacer estallar la bomba en un área concurrida.
Un futuro incierto para el detenido
Los detalles sobre el arrestado siguen siendo escasos, pero ya enfrenta serias acusaciones por conspiración para llevar a cabo este atentado y permanecerá tras las rejas mientras se prepara su juicio. Por ahora, Ucrania no ha dado respuesta a estas declaraciones que vienen a sumarse a la larga lista de acusaciones mutuas entre ambos países desde que comenzó la invasión hace más de un año.