MADRID, 30 de mayo. (EUROPA PRESS) – En una decisión que deja a muchos con el corazón en un puño, el Tribunal Supremo de Estados Unidos ha aceptado la petición del gobierno de Donald Trump para eliminar un programa crucial que permitía a 532.000 personas provenientes de Cuba, Nicaragua, Haití y Venezuela vivir y trabajar legalmente en el país. Este programa fue una medida adoptada durante la presidencia de Joe Biden, pero ahora se ve amenazado por la nueva administración que busca limitar la llegada de migrantes.
Lo más alarmante es que esta decisión abre las puertas a la expulsión masiva de estas personas, quienes habían solicitado su inclusión en el programa desde sus países de origen. Todo esto sucede mientras Trump vuelve a insistir en su agenda restrictiva sobre migración, sin contemplar las historias detrás de cada uno.
Las luchas legales continúan
Aunque inicialmente un juez federal en Massachusetts bloqueó esta acción alegando que no se podían adoptar decisiones tan drásticas sin considerar cada caso individualmente, la secretaria de Seguridad Interior, Kristi Noem, ha llevado el asunto hasta el Alto Tribunal. Y aunque este proceso sigue su curso judicial inferior, ya se siente el peso del miedo y la incertidumbre entre miles.
No es la primera vez que Trump logra una victoria judicial en materia migratoria este mes; previamente había conseguido eliminar el estatus protector para los migrantes venezolanos. Con cada paso que da, parece que las esperanzas se desvanecen para aquellos que buscan un futuro mejor lejos del caos y la violencia.
Así están las cosas: mientras unos luchan por construir una vida digna en tierras extranjeras, otros parecen dispuestos a tirarlo todo por la borda bajo promesas vacías y discursos incendiarios. ¿Hasta cuándo seguiremos siendo testigos de estas injusticias?