En Madrid, a 29 de mayo. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) no se anda con rodeos y califica de «intolerable» lo que está sucediendo en la Franja de Gaza. La escalada de la ofensiva militar israelí ha hecho que el sufrimiento de los civiles se convierta en un grito desesperado por ayuda. Según Julien Lerisson, jefe de la delegación del CICR para Israel y los Territorios Ocupados, proteger a la población no es solo un imperativo legal; es una necesidad moral.
El clamor por medidas urgentes
“La devastación que estamos presenciando ahora mismo solo llevará más dolor, no nos acercará a la paz”, reflexiona Lerisson en un comunicado lleno de preocupación. Los recientes incidentes son escalofriantes: un hospital de campaña fue alcanzado por balas perdidas, dejando a un paciente herido; mientras que otro centro recibió a 48 personas con heridas graves en menos de una hora. Estos ejemplos evidencian el costo humano de esta guerra.
Además, el CICR ha subrayado que las instalaciones médicas deben ser consideradas zonas seguras. Sin embargo, el acceso humanitario sigue siendo limitado debido al bloqueo israelí. “Las necesidades aquí son abrumadoras”, sostiene Lerisson tras su visita. “Un camión o incluso cien al día no son suficientes para ayudar a dos millones de personas. No podemos abordar esta crisis con parches”, añade con firmeza.
Por si fuera poco, el CICR también ha pedido la liberación inmediata de todos los rehenes aún en manos de Hamás, una situación que se vuelve cada vez más angustiante tras más de 600 días desde los ataques del 7 de octubre de 2023. La organización confía en poder poner fin a esta «pesadilla» que afecta tanto a los secuestrados como a sus familias.