La tensión entre Rusia y Ucrania no cesa. Este miércoles, el gobierno ruso ha informado que ha destruido cerca de 300 drones lanzados por las fuerzas ucranianas, un ataque que se sitúa entre los más significativos desde que comenzó el conflicto en febrero de 2022. Más de 40 de estos aparatos fueron derribados en la región de Moscú, mostrando que la guerra sigue desatando una escalofriante carrera armamentista.
Drones derribados y daños materiales
Según el Ministerio de Defensa ruso, durante la noche del martes y en las primeras horas del miércoles, un total de 296 drones fueron interceptados sobre diversas regiones del país, como Bélgorod, Briansk o Tula. Andrei Vorobiov, gobernador moscovita, no tardó en informar que su zona había visto caer hasta 42 drones, gracias a los sistemas defensivos desplegados en “doce localidades”. Sin embargo, la noticia no es tan positiva para todos; tres edificios residenciales resultaron dañados en Troitskoye. Afortunadamente, nadie salió herido y las autoridades están trabajando para ayudar a los afectados.
No obstante, en Briansk también se vivió una situación similar. Alexander Bogomaz, su gobernador, mencionó que 83 drones habían sido abatidos allí. “Los terroristas ucranianos han vuelto a intentar un ataque masivo”, denunció con preocupación. La guerra sigue intensificándose y ambos bandos parecen estar atrapados en esta espiral de violencia.
Aunque los números son alarmantes por parte rusa, desde Ucrania han respondido afirmando que también han enfrentado ataques con aviones no tripulados y misiles balísticos por parte de las tropas rusas. No obstante, aseguran haber logrado derribar 71 drones. “Defendamos los cielos. Juntos hacia la victoria”, es el llamado a la unidad que lanzan mientras continúan su lucha contra lo que consideran una agresión constante.