La situación en Ucrania se complica aún más. El jefe del Servicio de Inteligencia Exterior, Oleg Ivashchenko, ha lanzado una declaración inquietante que nos hace reflexionar sobre el papel de China en este conflicto. Según sus palabras, no podemos descartar que entre los cientos de ciudadanos chinos que se han dejado ver del lado ruso haya agentes de inteligencia. Ellos estarían allí, no solo como observadores, sino aprendiendo a hacer frente a lo que hoy conocemos como una «guerra moderna».
Un vínculo peligroso
Ivashchenko no se anda con rodeos y destaca la conexión cada vez más estrecha entre Moscú y Pekín. “Sabemos que los rusos están compartiendo sus experiencias con los chinos”, comenta con un tono grave. Es un asunto serio; no hay que olvidar que ya en abril, las fuerzas ucranianas detuvieron a dos ciudadanos chinos durante intensos combates en Donetsk. Esto plantea una pregunta crucial: ¿realmente sigue siendo neutral China? El propio presidente Zelenski ha señalado que hay pruebas contundentes de otros 115 chinos implicados en la contienda.
La presencia china no solo es creciente, sino también estratégica. Recordemos cómo su ejército participa activamente en ejercicios militares junto a Rusia y Bielorrusia. Ivashchenko menciona algo alarmante: durante estos eventos, el intercambio de tácticas bélicas es moneda corriente. Pero eso no es todo; la colaboración va más allá y se materializa mediante el suministro constante de materiales bélicos desde China hacia Rusia, muchas veces utilizando métodos engañosos para eludir sanciones internacionales.
Aquí está lo impactante: según datos recientes, ¡el 80% de la electrónica utilizada en drones rusos proviene directamente de fábricas chinas! La situación nos lleva a preguntarnos hasta dónde llegarán estas alianzas y qué impacto tendrán en el futuro del conflicto. Mientras tanto, nosotros seguimos expectantes ante cada nuevo desarrollo.