Las luces de la capital ucraniana, Kiev, se han visto una vez más interrumpidas por el sonido ensordecedor de los drones. Este lunes, las autoridades locales no han podido evitar cargar contra Rusia, acusándola de llevar a cabo un ataque aéreo por tercera noche consecutiva. Aunque los daños materiales son palpables en varios puntos de la ciudad, la buena noticia es que no ha habido que lamentar víctimas mortales.
Timur Tkachenko, jefe de la Administración Militar de Kiev, compartió su preocupación en Telegram: «Kiev está bajo ataque ruso por tercera noche consecutiva». Con el corazón en un puño y una alerta que se extendió durante seis largas horas, la ciudad ha resistido los embates de estos drones kamikaze. El distrito de Dnipró ha sufrido daños visibles, pero como él mismo resaltó: «afortunadamente, no hay víctimas». Un respiro entre tanta tensión.
El duelo aéreo continúa
La situación es tensa y complicada. En un segundo comunicado, la Administración Militar también informó sobre misiles de crucero lanzados hacia la región de Kiev. A pesar del miedo palpable en el aire, se confirmó que las instalaciones críticas no han sido impactadas; sin embargo, algunos hogares en Borispil y Fastiv han sufrido estragos.
Del lado ruso, el mensaje es diferente. Según sus fuentes oficiales, sus sistemas de defensa habrían derribado más de un centenar de drones ucranianos durante la misma noche sin reportar bajas ni daños significativos en su territorio. El Ministerio de Defensa ruso detalló con precisión cómo destruyeron 105 aparatos aéreos no tripulados desde las 20:00 horas del domingo; un despliegue militar que evidencia la escalofriante realidad del conflicto que nos envuelve.