Este jueves, la isla de Creta, en Grecia, ha temblado bajo un terremoto de magnitud 6,1, según ha informado el Instituto de Geodinámica griego. Afortunadamente, hasta ahora no hay noticias sobre víctimas ni daños graves. Sin embargo, este tipo de fenómenos naturales nos recuerda lo impredecible que puede ser nuestro planeta.
Las primeras consecuencias del temblor
El epicentro del seísmo se localizó a 56 kilómetros de Neápolis y a una profundidad considerable de 60,3 kilómetros. Justo una semana después de otro temblor similar entre Creta y Santorini, parece que la tierra aún está inquieta en esa región. Según el diario ‘Ta Nea’, el movimiento ha ocasionado algunos deslizamientos de tierra y hasta parte de una fachada se vino abajo en Heraklión. ¡Menuda manera de recordarnos que estamos a merced de la naturaleza!
Los equipos de emergencia han estado en máxima alerta para actuar ante cualquier eventualidad. El Servicio de Bomberos griego declaró que “todas las fuerzas de Protección Civil han sido movilizadas inmediatamente”, aunque por ahora no han recibido llamadas para intervenir. Eso sí, el Centro Sismológico Euromediterráneo ha emitido alertas preventivas sobre posibles tsunamis e instó a los habitantes en países vecinos como Italia o Turquía a estar atentos a las indicaciones oficiales.