Este miércoles, la tristeza y la indignación se apoderaron de Pakistán tras un brutal atentado que acabó con la vida de al menos cinco personas, incluidos tres inocentes niños. Todo ocurrió en Baluchistán, donde un autobús escolar fue blanco de una bomba. El Ejército paquistaní no ha dudado en señalar directamente a India como el responsable de este ataque. En sus palabras: «En otro acto cobarde y espantoso orquestado por el Estado terrorista de India, hoy un autobús con escolares inocentes fue atacado en Juzdar».
El clamor por justicia
La conmoción es palpable y las autoridades han prometido llevar ante la justicia a los culpables. El primer ministro paquistaní, Shehbaz Sharif, no ha podido contener su dolor y ha expresado sus condolencias a las familias afectadas. También se ha hecho eco del dolor el ministro del Interior, Mohsin Naqvi, quien no ha tenido reparos en calificar a los atacantes como «bestias que no merecen piedad». Él enfatizó que este ataque es una muestra clara de barbarie: «Atacar un autobús escolar es una conspiración despreciable destinada a desestabilizar el país».
Mientras tanto, el pueblo paquistaní se une en esta lucha contra el terrorismo que amenaza su paz y seguridad. Las Fuerzas Armadas están decididas a hacer frente a lo que consideran actos atroces promovidos por India. La pregunta persiste: ¿hasta cuándo seguirán ocurriendo estas tragedias? La comunidad internacional observa con preocupación cómo se desenvuelven estos acontecimientos, mientras las familias lloran la pérdida irremediable de sus seres queridos.