En una nueva vuelta de tuerca en las tensas aguas del mar Báltico, Polonia ha decidido no quedarse de brazos cruzados ante las maniobras sospechosas de un barco vinculado a la temida ‘flota fantasma’ rusa. El primer ministro polaco, Donald Tusk, anunció este miércoles que sus Fuerzas Armadas han intervenido para poner freno a cualquier intento que amenace un cable vital que conecta su país con Suecia.
La intervención y la respuesta europea
Según Tusk, tras una intervención militar “exitosa”, el barco se dio a la fuga rumbo a un puerto ruso. En sus palabras, quedó claro que Polonia no está dispuesta a permitir que estas viejas embarcaciones, utilizadas por Rusia para evadir sanciones internacionales, sigan navegando libremente por sus aguas. A su vez, la Unión Europea también ha tomado cartas en el asunto y amplió recientemente las sanciones contra esta misteriosa ‘flota en la sombra’, temiendo que pudiera ser utilizada para sabotajes.
Tusk, siempre firme en su postura, aboga por medidas más estrictas contra Moscú. Y es que este mismo día tuvo una conversación crucial con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, quien considera a Polonia como un “socio y amigo fiable”. Durante esta charla, Zelenski subrayó la urgencia de avanzar en los procesos de adhesión de Ucrania a la UE mientras Polonia preside el Consejo europeo.
No cabe duda de que estamos viviendo momentos críticos donde cada decisión cuenta. Ambos líderes parecen tener claro lo necesario: “Ucrania ha hecho todo lo necesario y se lo merece”, apuntó Zelenski con determinación.