La situación en Gaza es desgarradora y, aunque hoy se ha dado un pequeño paso, la realidad sigue siendo dura. Este lunes, las autoridades israelíes anunciaron que han permitido la entrada de cinco camiones con ayuda humanitaria de la ONU, los primeros en más de dos meses. Fue el propio primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien levantó el bloqueo en un anuncio tan esperado como necesario.
Estos camiones, que transportan alimentos para bebés y otros productos esenciales, llegaron a través del paso de Kerem Shalom. Según el Coordinador de Actividades del Gobierno en los Territorios (COGAT), todo fue posible tras una minuciosa revisión por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel. Sin embargo, hay algo inquietante: estas medidas vienen acompañadas por la advertencia de que la ayuda no debe caer en manos de Hamás.
Un gesto insuficiente ante una crisis monumental
Tom Fletcher, jefe de Asuntos Humanitarios de la ONU, no ha dudado en calificar esta entrega como «una gota en el océano». En su mensaje dejó claro que lo urgente es hacer llegar esta ayuda a los civiles que tanto la necesitan. Pero, ¿qué significa realmente esto? Fletcher destaca que debemos aumentar este apoyo; sus palabras resuenan como un grito desesperado: «Estamos decididos a salvar tantas vidas como sea posible».
Aunque esta entrada se celebra como un triunfo parcial, también se da en medio del aumento notable de las ofensivas militares israelíes sobre Gaza. Para complicar aún más las cosas, existe un temor real sobre saqueos y problemas de seguridad durante la distribución. La comunidad humanitaria tiene claro que no pueden seguir dependiendo del sistema actual; piden abrir al menos dos pasos fronterizos, simplificar procedimientos y eliminar cuotas.
Fletcher concluyó enfatizando lo complicado que será este proceso: «Esto va a ser duro», pero con determinación añadió: «La comunidad humanitaria va a aprovechar cualquier resquicio que tengamos». Y así es; cada pequeño esfuerzo cuenta cuando se trata de vidas humanas.