Este jueves, la mañana comenzó con un eco desgarrador en la Franja de Gaza. Al menos 127 palestinos han perdido la vida a causa de los bombardeos del Ejército israelí. Las fuentes médicas, que han hecho llegar esta dolorosa cifra al diario ‘Filastín’, vinculado a Hamás, indican que Jan Yunis, situada en el sur de este enclave, ha sido una de las localidades más devastadas.
El Hospital Europeo de Gaza, vital para la comunidad, ha quedado fuera de servicio tras los ataques aéreos de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). En medio del caos y la desesperación, también se han reportado víctimas en Rafá y otras ciudades como Gaza misma y lugares del norte como Beit Lahia y Yabalia. Aquí, más de una quincena de personas murieron cuando los proyectiles cayeron sobre un lugar sagrado y una clínica médica. “La mayoría eran mujeres y niños”, relatan consternados quienes vivieron ese horror.
Una situación insostenible
No solo el daño humano es alarmante; las infraestructuras están sufriendo estragos inimaginables. Las vías que conducen al hospital están destruidas, lo que impide acceder a servicios médicos esenciales como neurocirugía o oftalmología. El cierre del hospital significa que muchos pacientes quedarán sin atención crucial.
A medida que avanzaban los días, Israel no ha mostrado señales de frenar su ofensiva; por el contrario, parece haber intensificado sus ataques después de romper unilateralmente el alto el fuego. Todo esto ocurre mientras se impide la entrega de ayuda humanitaria esencial. Las autoridades locales informan que desde el inicio del conflicto tras los ataques del 7 de octubre ya son 53.010 los muertos y casi 120.000 heridos. Un número escalofriante que refleja no solo una crisis humanitaria sino una tragedia colectiva palpable.