En un anuncio que ha dejado a muchos con la boca abierta, Donald Trump, el presidente de Estados Unidos, ha decidido levantar las sanciones impuestas a Siria. Lo hace con la intención de ofrecerles una oportunidad tras la caída del régimen de Bashar al Assad. En un foro económico en Riad, Trump se mostró optimista sobre el futuro de Siria y confirmó que su secretario de Estado, Marco Rubio, se reunirá esta semana en Turquía con el ministro de Exteriores sirio, Asaad al Shaibani. La sala estalló en aplausos ante esta noticia.
Un cambio radical en la política exterior
El mandatario no dudó en criticar duramente a su predecesor, Joe Biden. Según Trump, su gestión fue una muestra clara de «extrema debilidad e incompetencia». Aseguró que si él hubiera estado al mando, los conflictos actuales, como el de Ucrania o los recientes ataques de Hamás del 7 de octubre, no habrían tenido lugar. Con firmeza, afirmó que está dispuesto a entablar un diálogo con Irán y les lanzó una advertencia: deben aceptar su «rama de olivo» o enfrentar una «presión máxima» en forma de nuevas sanciones.
Trump dejó claro que el tiempo apremia y es crucial actuar rápidamente. Durante su discurso también hizo hincapié en lo destructivo del régimen iraní y sus vínculos con grupos como Hamás y Hezbolá. «Mientras otros países árabes trabajan por la estabilidad regional, Irán solo se centra en saquear a su pueblo para financiar terrorismo», lamentó.
A pesar de sus críticas y tensiones internacionales, Trump elogió los Acuerdos de Abraham por normalizar relaciones entre Israel y varios países árabes e incluso mostró confianza en que Arabia Saudí se unirá pronto a este grupo. No escatimó halagos hacia el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman, al que describió como un «gran hombre», destacando también un compromiso reciente para invertir 600.000 millones de dólares en proyectos conjuntos.