En un trágico giro de los acontecimientos, al menos veinte niños han perdido la vida y unos cincuenta más han resultado heridos en un ataque brutal que ha sacudido a la localidad de Depayin, en la región de Sagaing. Este lunes, alrededor de las 9.40 de la mañana, el Ejército de Birmania lanzó uno de sus ataques más mortales del año contra el colegio Oe Htein Kwin, situado a escasos ocho kilómetros de Sai Pyin, una zona bajo control militar desde el golpe de Estado en febrero de 2021.
Un día que no deberían haber vivido
Las autoridades locales, aliadas con los rebeldes, informan que varios heridos se encuentran en estado crítico y temen que las cifras sigan aumentando en las próximas horas. Es desgarrador pensar que estos niños eran solo eso: niños. A pesar de las acusaciones lanzadas por grupos opositores sobre violaciones a la tregua por parte del Ejército, la junta decidió extenderla tras el devastador terremoto del 28 de marzo. Pero ¿de qué sirve una tregua si sigue cayendo fuego sobre nuestras escuelas?
La comunidad internacional observa impotente cómo este conflicto sigue cobrando vidas inocentes. Nos preguntamos: ¿hasta cuándo vamos a permitir que esto continúe? La situación es insostenible y requiere nuestra atención urgente.