En un escenario internacional que no deja de ser tenso, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha salido al paso de las declaraciones del vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance. Este último sugirió que Rusia está pidiendo «demasiado» en las negociaciones con Ucrania. Pero Peskov lo tiene claro: los intereses de Moscú van más allá de lo que se ve a simple vista; su objetivo es eliminar las causas profundas del conflicto.
«Queremos que nuestros intereses nacionales sean considerados», ha expresado Peskov, subrayando la importancia de abordar los problemas desde la raíz. Para él, esto no es solo un capricho; está ligado directamente a las garantías de seguridad que Rusia busca preservar. Asegura también que los múltiples canales abiertos entre Moscú y Washington son vitales para que Estados Unidos comprenda lo crucial que es la «cuestión ucraniana» para ellos.
Un llamado a la acción directa
Por su parte, Vance no duda en expresar su opinión: aunque reconoce que Rusia podría querer poner fin al conflicto, considera que sus exigencias son excesivas. Más crítico aún, advierte sobre la falta de avances concretos entre Kiev y Moscú y lanza una advertencia clara: si no hay progreso en el diálogo, Estados Unidos podría decidir dar un paso atrás.
La situación sigue siendo delicada y cada declaración suma tensión al ambiente ya complicado. La comunidad internacional observa atentamente cómo se desarrolla este complejo entramado político.