En una jornada desgarradora, las autoridades médicas de la Franja de Gaza han confirmado este miércoles que cerca de 50 personas han perdido la vida debido a los ataques aéreos del Ejército israelí. Los ecos del horror se sienten más intensamente en un mercado donde un ataque ha dejado una treintena de fallecidos y numerosos heridos. Entre las víctimas se encuentra el periodista Yahya Subaih, quien estaba allí cubriendo la realidad cotidiana, pero terminó siendo una víctima más de esta brutalidad.
Más allá del dolor: el sufrimiento continuo
En el barrio de Al Rimal, un restaurante tailandés se convirtió en el escenario de esta tragedia, con 33 muertos y más de 80 heridos. Pero no es solo eso; la devastación también ha alcanzado a quienes buscaban refugio en una escuela del distrito de Tuffah, donde al menos trece personas han muerto. Y no olvidemos los otros ataques previos contra otra escuela que albergaba a desplazados, donde otras 49 vidas se apagaron. La cifra total desde el inicio de esta ofensiva es escalofriante: más de 52.000 muertos y casi 120.000 heridos.
A medida que el Ejército israelí continúa sus operaciones en Rafá, demolición tras demolición, parece cada vez más claro su objetivo: hacerse con el control total mientras expulsa a los palestinos del sur. Todo esto sin ningún tipo de coordinación con la ONU para entregar ayuda humanitaria. Es difícil imaginar tanto sufrimiento acumulado y tan poco reconocimiento internacional. El número sigue creciendo, y con cada nueva cifra nos preguntamos: ¿hasta cuándo durará este ciclo interminable de violencia?