MADRID, 7 de mayo. Rusia ha salido al paso para dejar claro que no tiene constancia de ninguna propuesta por parte de Ucrania para crear una zona desmilitarizada en el frente. Así lo ha afirmado Dimitri Peskov, portavoz del Kremlin, quien subrayó este miércoles que «no hemos escuchado ni una sola declaración en este sentido desde Kiev». Este comentario llega después de que Keith Kellogg, el enviado especial de la Casa Blanca para Rusia y Ucrania, hablara sobre la disposición de Ucrania a establecer tal zona bajo la supervisión de potencias occidentales.
Un plan que genera dudas
Kellogg, durante una entrevista con Fox News, sugirió que la idea sería que ambas partes retrocedieran 15 kilómetros cada una, creando así un espacio desmilitarizado de 30 kilómetros donde se podrían observar posibles intrusiones. “Sería complicado reanudar los combates si esto se lleva a cabo”, comentó. Sin embargo, también dejó claro que esto no significaría el fin del conflicto: “Siempre habrá violaciones del alto el fuego”. Por otro lado, enfatizó que el único capaz de llevar a cabo esta solución es Donald Trump.
No es la primera vez que Kellogg menciona esta idea; ya lo había hecho anteriormente en otra entrevista donde explicaba que contar con fuerzas aliadas no sería visto como una provocación por parte de Moscú. Habló sobre la facilidad con la que se podría supervisar esta zona y aseguró que hay suficiente territorio ucraniano como para hacer viable un despliegue internacional.
Así las cosas, nos quedamos con más preguntas que respuestas sobre cómo avanzará esta situación tan compleja y llena de matices.