MADRID, 23 Abr. (EUROPA PRESS) – En una desgarradora noticia que nos deja sin aliento, un niño palestino de solo 12 años ha perdido la vida a causa de disparos del Ejército israelí. Este trágico incidente ocurrió durante una operación militar en la ciudad de Al Yamun, situada al oeste de Yenín, en el norte de Cisjordania. El pequeño, Mahmud Mithqal ali abu Al Haya, fue alcanzado por balas en su mejilla y abdomen.
El Ministerio de Salud de la Autoridad Palestina ha informado con pesar que, a pesar del esfuerzo realizado por la Media Luna Roja Palestina para trasladarlo al hospital gubernamental de Yenín, no pudieron hacer nada para salvar su vida. La impotencia ante este tipo de situaciones es devastadora y refleja la realidad dolorosa que enfrentan muchas familias en esta región.
Un contexto complejo y doloroso
No hay palabras suficientes para describir el sufrimiento acumulado en Gaza desde que comenzó esta nueva ofensiva israelí. Las cifras son escalofriantes: más de 51.300 muertos y cerca de 117.000 heridos, incluyendo a más de 1.900 fallecidos solo desde que se reanudaron los ataques hace unos días. Y eso sin contar los más de 880 palestinos muertos en Cisjordania y Jerusalén Este tras los conflictos iniciados el 7 de octubre pasado.
Las Fuerzas de Defensa Israelíes justifican sus acciones alegando que identificaron a un “terrorista” lanzando un dispositivo explosivo durante la operación; sin embargo, ¿a qué precio? La muerte del pequeño Mahmud no es solo una estadística más; representa el rostro inocente atrapado en medio del fuego cruzado, un recordatorio sombrío de las tensiones que siguen desgarrando vidas y comunidades.