En un rincón del mundo donde la esperanza se ha vuelto escasa, las autoridades de la Franja de Gaza han alzado la voz para denunciar una situación desgarradora. Más de 52 niños han perdido la vida debido a la desnutrición, un resultado devastador del bloqueo que impide la entrada de ayuda humanitaria, impuesto por Israel desde hace más de un mes. Cada número representa una historia truncada, un futuro que se apaga.
El Ministerio de Sanidad gazatí no ha ocultado su desesperación en una nota publicada por el diario ‘Filastín’, vinculado a Hamás. Además, 17 menores han fallecido por el frío extremo, otro enemigo implacable que acecha a esta población ya diezmada. ¿Qué clase de mundo permite esto?
La salud en crisis
Aparte del horror cotidiano, alrededor de 22.000 palestinos necesitan urgentemente tratamiento médico fuera del territorio, con al menos 13.000 casos críticos que requieren salir sin demora. Munir al Barsh, director general del Ministerio de Sanidad en Gaza, ha dejado claro que el sistema sanitario está colapsado; veinte hospitales están completamente inoperativos y otros dieciocho funcionan apenas, luchando contra una escasez alarmante de suministros y personal.
No es solo un problema estructural: más de 1.400 profesionales sanitarios han perdido la vida, mientras que otros 360 han sido detenidos. Esta es la realidad cruel que viven diariamente los habitantes de Gaza.