El 16 de abril de 2023, en medio de un mundo que parece olvidarse del dolor ajeno, el ala militar de Yihad Islámica ha sacudido las conciencias al difundir un vídeo de Rom Braslavski, un joven que fue secuestrado durante el festival Nova el pasado 7 de octubre. En este crudo testimonio, Rom lanza un desesperado mensaje a Benjamin Netanyahu, instando a su liberación y criticando al presidente estadounidense por no cumplir sus promesas. Es impactante escuchar a alguien tan joven pedir ayuda en una situación tan crítica.
El desgarro familiar y la angustia palpable
Tami Braslavski, la madre del rehén, ha expresado su profundo dolor al ver a su hijo en ese estado. “No reconozco a mi propio hijo. Ha envejecido diez años en cuestión de meses”, declaró con lágrimas en los ojos. Sus palabras resuenan con fuerza: “Ese no es mi Rom”. La angustia y la impotencia son palpables; nadie del Gobierno israelí se ha dignado a ponerse en contacto con ella tras la difusión del vídeo.
Según el Foro de Familiares de Rehenes y Desaparecidos, la familia accedió a que se publicara el vídeo, pero pidiendo que su rostro fuera distorsionado para protegerlo. En ese momento del secuestro, Rom apenas tenía 19 años y trabajaba como guardia de seguridad en el festival. Su historia es solo una entre muchas; cada día trae consigo más sufrimiento y desesperanza.
La violencia no cesa y las Brigadas Ezzeldín al Qassam también han compartido imágenes inquietantes sobre la entrega de ataúdes al Comité Internacional de la Cruz Roja, advirtiendo a los familiares sobre el riesgo inminente que corren sus seres queridos ante los ataques israelíes. Esta espiral de horror nos recuerda lo frágil que es la vida en situaciones como estas.