MADRID 16 Abr. (EUROPA PRESS) – En un movimiento que ha vuelto a encender la polémica, Estados Unidos ha decidido sancionar a una refinería ubicada en China por comprar petróleo iraní. A esto se le suman varios buques que han estado jugando al escondite facilitando esos envíos, todo en medio de las crecientes presiones sobre Teherán por parte de la Administración Trump.
La portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, no se ha mordido la lengua: “Mientras Irán siga buscando ingresos petroleros para financiar sus actividades desestabilizadoras, nosotros vamos a exigir responsabilidades tanto a ellos como a sus cómplices”. Y es que, según nos cuentan desde el Departamento del Tesoro, esta refinería llamada Shandong Shengxing Chemical ha recibido más de 1.000 millones de dólares en crudo iraní gracias a barcos que operan bajo lo que han denominado ‘flota en la sombra’. ¿Quiénes son estos barcos? Entre otros, el ‘Reston’, con bandera de Camerún, y varios más registrados en Panamá: ‘Bestla’, ‘Egret’, ‘Nyantara’ y ‘Rani’.
El compromiso inquebrantable de Washington
Pero aquí no acaba la cosa. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, advierte: “Cualquier refinería o empresa que decida jugar con fuego comprando petróleo iraní se enfrenta a un grave riesgo”. Su mensaje es claro; Washington está decidido a desmantelar cualquier red que apoye las operaciones de Teherán. Así están las cosas en un mundo donde cada movimiento cuenta y las decisiones económicas pueden tener repercusiones globales.