MADRID, 14 Abr. (EUROPA PRESS) – En una jugada cargada de sinceridad y urgencia, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha hecho un llamamiento directo a Donald Trump. Le ha invitado a visitar su país y así «entender qué está pasando» realmente en el terreno antes de que tome decisiones que puedan afectar al frágil equilibrio del conflicto en plena distensión con Rusia.
Zelenski no se ha andado con rodeos: «Antes de cualquier decisión o plan de negociaciones, ven a ver a la gente, a los civiles, los guerreros, los hospitales, las iglesias, los niños». Con estas palabras espera que Trump pueda captar la cruda realidad que vive su pueblo. A pesar de haber estado en Washington desde el regreso del exmandatario estadounidense a la Casa Blanca, Zelenski siente que aún hay camino por recorrer para estrechar lazos entre ambos países.
Una llamada urgente por la paz
El mandatario ucraniano ha manifestado su respeto por las posturas de Estados Unidos pero reitera la necesidad de acercarse más a Kiev. Y es que el miedo ante Vladimir Putin es palpable: “Debemos seguir firmes”, advierte Zelenski sobre el peligro real que representa el líder ruso. No se fía ni un pelo de él y lo ha dejado claro: «No se puede confiar en Putin», algo que ya le habría repetido varias veces al propio Trump.
Zelenski también tiene claro cuál es el objetivo del presidente ruso: «Revitalizar el imperio ruso y reclamar territorios bajo protección de la OTAN». Y aunque este panorama parece sombrío, hay algo más inquietante aún: cree que podría desatarse una guerra mundial si no se toman las decisiones correctas. En sus propias palabras, existe una marcada diferencia entre lo que dice Moscú y lo que sucede día a día en Ucrania.
Incluso sostiene que “la narrativa rusa prevalece en Estados Unidos”, aunque evita criticar directamente a Trump o cualquier otro alto cargo estadounidense por difundir teorías rusas. Su pregunta resuena con fuerza: «¿Cómo es posible ver lo que estamos perdiendo o sufriendo y creer que no son ellos los agresores?». La realidad apremia y Zelenski espera ser escuchado antes de que sea demasiado tarde.