En un mundo donde la indiferencia parece reinar, António Guterres, el secretario general de Naciones Unidas, ha alzado su voz para pedir algo que debería ser básico: poner fin a la deshumanización en Gaza. Desde Nueva York, este martes 8 de abril, Guterres instó a todos a renovar el alto el fuego para proteger a los civiles y garantizar que la ayuda humanitaria llegue a quienes más lo necesitan.
«La senda actual es un callejón sin salida», afirmó con una mezcla de frustración y determinación. Para él, lo que está ocurriendo no solo es intolerable según las leyes internacionales, sino que también corre el riesgo de convertir a Cisjordania en otro Gaza. Sin duda, unas palabras que deberían resonar entre nosotros. En enero se acordó un alto el fuego que no solo silenciaba las armas, sino que también permitía la llegada de ayuda. Pero ahora llevamos más de un mes sin suministros. ¿Y qué significa esto? Que las compuertas del horror se han abierto nuevamente.
La realidad cruda de Gaza
Gaza se ha convertido en un auténtico campo de exterminio donde los civiles están atrapados en un ciclo interminable de sufrimiento y muerte. Guterres fue claro al señalar que Israel tiene obligaciones como potencia ocupante: asegurar el abastecimiento alimentario y médico. Las agencias de la ONU están listas para ayudar; sin embargo, advierte que los nuevos mecanismos impuestos por Israel podrían limitar esta asistencia hasta el extremo.
No hay lugar aquí para acuerdos que no respeten los principios humanitarios fundamentales: humanidad, imparcialidad e independencia. Y esto incluye garantizar acceso humanitario sin obstáculos y protección para los trabajadores involucrados en estas labores vitales.
Además, Guterres exigió una investigación sobre las muertes del personal humanitario; es esencial recordar que detrás de cada cifra hay historias humanas desgarradoras. «Debemos aferrarnos a nuestros principios», subrayó con firmeza.
Su mensaje no termina ahí; también condenó al movimiento Hamás por sus acciones violentas y su trato cruel hacia los rehenes capturados. La liberación de estos secuestrados debe ser una prioridad indiscutible.