La situación en Gaza se vuelve cada vez más desgarradora. Este lunes, un ataque israelí ha dejado un saldo trágico: al menos dos personas han perdido la vida, incluyendo a Hilmi al Faqaui, un periodista comprometido que estaba en el lugar para informar sobre los acontecimientos. La escena del ataque fue una tienda de campaña utilizada por reporteros cerca del Centro Médico Nasser, en Jan Yunis, y también dejó a otros seis colegas heridos con diversas lesiones.
La comunidad periodística no ha tardado en reaccionar. El Foro Palestino de Medios ha calificado este acto como un crimen atroz perpetrado por las fuerzas de ocupación. No es solo una pérdida más; han afirmado que Al Faqaui y su compañero Yusef al Jazindar “han sido quemados hasta la muerte”. Este tipo de agresiones son una violación evidente de todas las leyes y convenciones internacionales que protegen a los profesionales de la información.
Una lucha por la verdad silenciada
A medida que la ofensiva en Gaza avanza tras los ataques del 7 de octubre por parte del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), el Foro insiste en que esta acción es parte de una política sistemática para callar a quienes intentan contar la realidad sobre lo que sucede allí. “Hacemos responsables a las fuerzas ocupantes por este crimen”, claman desde el organismo, pidiendo urgentemente a la comunidad internacional y organizaciones como la Federación Internacional de Periodistas (FIP) que tomen medidas contundentes contra estos brutales ataques.
Este ataque llega justo después de otro horrendo suceso donde Mohamed Salá al Bardauil, locutor de Radio Al Aqsa y su familia fueron asesinados en un bombardeo reciente. El panorama es sombrío y preocupante; día tras día se siguen contabilizando vidas perdidas mientras intentamos entender lo que realmente está sucediendo.