En una jornada marcada por tensiones y declaraciones fuertes, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se reunió este lunes con el presidente estadounidense, Donald Trump, en Washington. Durante este encuentro, Netanyahu reveló que existen países dispuestos a acoger a la población de la Franja de Gaza. Sin embargo, no todo es tan sencillo; Trump no dudó en calificar a Gaza como «una trampa mortal».
“No estamos reteniéndolos”, afirmó Netanyahu con firmeza, intentando matizar que los gazatíes están “encerrados” porque no tienen salida. Este comentario surge en el contexto del plan propuesto por Estados Unidos para reasentar a la población palestina en otras naciones. Una situación complicada que él mismo comparó con otros conflictos bélicos como los de Ucrania o Siria, donde las personas sí lograron escapar.
La búsqueda de una solución humanitaria
A pesar de su discurso optimista, Netanyahu no quiso entrar en detalles sobre los países interesados en recibir a los gazatíes. Por su parte, Trump defendió la idea de que Gaza debería ser un «lugar seguro» para los palestinos. Sin embargo, también dejó claro su desacuerdo con las decisiones pasadas: “Israel nunca debió haber entregado Gaza. Les prometieron paz y eso nunca funcionó”, argumentó refiriéndose a la retirada de 2005.
Aparte del tema humanitario, Netanyahu mencionó que Israel está trabajando activamente en un nuevo acuerdo para liberar rehenes y lograr un alto el fuego. “Los rehenes viven en agonía y queremos que salgan todos”, declaró visiblemente preocupado por la situación actual.
Por si fuera poco, Trump sugirió mediar entre Israel y Turquía respecto a sus diferencias sobre Siria tras el derrocamiento de Bashar al Assad. Aseguró tener una buena relación con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien según él ha conseguido lo que nadie había logrado en dos mil años: conquistar Siria. “Creo que podemos resolver cualquier problema mientras seas razonable”, concluyó Trump dirigiéndose a Netanyahu.