MADRID, 6 Abr. – Las autoridades canadienses han encendido las alarmas para aquellos que planean cruzar a Estados Unidos. En una nueva advertencia de viaje, el Gobierno canadiense ha dejado claro que nuestros teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos podrían ser objeto de un exhaustivo escrutinio en la frontera. Sí, lo han oído bien: «Prepárense para el chequeo en los puntos de entrada y sean claros en cada interacción con las autoridades fronterizas», advierten desde Ottawa.
Esta actualización no es casual. Viene como respuesta a las recientes políticas más duras del presidente estadounidense, Donald Trump, quien ha puesto en marcha medidas que han hecho eco en varios países, incluyendo Reino Unido, Alemania y Francia. Pero aquí hay algo que nos toca de cerca: los canadienses están viendo cómo sus viajes a EEUU disminuyen drásticamente debido al clima tenso entre ambos países.
Un golpe al turismo y una guerra comercial
El año pasado, los canadienses fueron el grupo más grande de turistas internacionales en Estados Unidos, dejando tras de sí un gasto impresionante de 20.500 millones de dólares (18.700 millones de euros), según la Asociación de Viajes de Estados Unidos (USTA). Sin embargo, hoy ese flujo se ve amenazado por unas relaciones tensas y por las repetidas amenazas económicas lanzadas por el magnate del sur.
Además, mientras todo esto ocurre, Canadá no se queda atrás en esta guerra comercial. El primer ministro Mark Carney anunció recientemente aranceles del 25 por ciento a vehículos estadounidenses que no cumplan con el T-MEC. «Tomamos estas decisiones a regañadientes», explicó Carney; pero es evidente que buscan ejercer «el máximo impacto» posible sobre EEUU sin dañar demasiado a su propia economía.