MADRID, 19 de febrero. El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, ha compartido unas palabras que, aunque suenen como un rayo de esperanza, todavía requieren una buena dosis de cautela. En medio de un clima tenso y lleno de desconfianza, Lavrov asegura que su país y Estados Unidos han comenzado a alejarse del borde del abismo en el que se habían encontrado durante los últimos años. Pero ojo, no nos engañemos: estos son solo los primeros pasos hacia algo que podría cambiar las cosas.
Un encuentro clave entre potencias
Justo al día siguiente de reunirse con el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, en Arabia Saudí, Lavrov hizo un llamamiento claro desde el Parlamento: hay que reunirse, escuchar y tomar decisiones realistas. Las agencias rusas recogieron estas declaraciones donde ambos países coincidieron en que este encuentro fue más que significativo. A pesar de que la sombra del conflicto en Ucrania ocupó gran parte de sus conversaciones, también hubo espacio para discutir la posibilidad de reanudar las relaciones bilaterales y hasta nombrar embajadores nuevamente.
Aunque Lavrov admite la importancia de las palabras, subraya que el Kremlin estará observando muy atentamente las acciones concretas. Y es que ya dejó claro que Rusia no aceptará la entrada de Ucrania en la OTAN ni el despliegue militar occidental en suelo ucraniano. «Estamos demostrando a la comunidad internacional», afirmó con firmeza, «que no hay otra alternativa que eliminar las causas profundas de esta crisis».