Sergio Dalma, ese ícono de la música que nos ha acompañado a lo largo de los años, está listo para regresar a Canarias con su nuevo disco Retorno a Via Dalma. Las fechas están marcadas: el 6 y 7 de marzo en el auditorio Alfredo Kraus y después volverá el 28 de noviembre al pabellón Santiago Martín en Tenerife. Y sí, las entradas ya están volando.
Lo que realmente destaca de este nuevo proyecto es cómo Dalma se sumerge en un mar de recuerdos, invitándonos a bailar al ritmo vibrante de clásicos como Yo quiero verte danzar, Baila morena o Ma quale idea. Cuando él y su equipo se sentaron a idear lo que sería esta nueva aventura musical, no solo pensaron en celebrar los 15 años del primer Via Dalma; también querían rendir homenaje a esos grandes nombres italianos que han marcado su carrera. En ese proceso, surgieron propuestas de leyendas como La Carrá o Pino D’Angiò. Y Sergio, con esa chispa creativa que lo caracteriza, supo encontrar el equilibrio perfecto entre la nostalgia y la innovación.
Un ciclo que se cierra pero abre nuevos caminos
Este es ya el cuarto capítulo de Via Dalma y surge una pregunta inevitable: ¿se cierra un ciclo? Para Sergio, no fue algo premeditado. Al principio nunca imaginó que esto se convertiría en una trilogía; simplemente quería compartir esas melodías italianas tan entrañables para muchos españoles. Sin embargo, ahora siente que es momento de dar un paso adelante y cerrar este homenaje con broche dorado.
A medida que avanza la charla, notamos cómo su amor por Battiato resuena fuertemente. Este último álbum parece ser el más rítmico hasta la fecha. «Hemos elegido dos temas icónicos», dice con entusiasmo. Pero aquí no estamos hablando de competir con los originales; más bien se trata de reinterpretarlos y hacerlos sonar frescos para nuestra época.
Además, ha querido experimentar con las dinámicas vocales tradicionales. En lugar del típico dúo masculino-femenino donde ella canta mientras él responde, opta por invertir roles: «La chica replica mis versos». Esta decisión aporta una nueva vida a canciones clásicas sin perder su esencia.
A pesar del desafío que supone adaptar canciones míticas al español -algo que le ha costado más de una vez-, Sergio sigue disfrutando del viaje musical. Asegura que siempre hay margen para aprender y mejorar; incluso reconoce haber dejado atrás su formación académica para dedicarse plenamente a la música.
Pero claro, no todo son recuerdos nostálgicos; también hay espacio para reflexionar sobre el panorama actual. El mundo musical ha cambiado drásticamente desde sus inicios en 1989. Hoy día las plataformas digitales dominan nuestro consumo musical; sin embargo, ir a un concierto sigue siendo algo especial e irremplazable.
Cerramos esta conversación con un tema candente: Eurovisión y las decisiones políticas recientes acerca del festival. Para Sergio es esencial mantener viva la música en directo dentro del espectáculo europeo.
En definitiva, sus conciertos prometen ser una celebración vibrante y nostálgica donde cada nota nos hará recordar aquellos gloriosos años 80 mientras bailamos al son italiano junto a amigos cercanos.

