El pasado 14 de diciembre, el Palacio de Congresos de Plasencia se convirtió en un auténtico hervidero de emociones. Manolo Chinato, con su inconfundible estilo, tomó el escenario para declamar la poderosa letra de ‘Ama, ama, ama y ensancha el alma’, dejando claro que la música puede ser mucho más que notas; puede ser un grito del corazón.
La atmósfera era mágica, como si cada palabra pronunciada por Chinato resonara no solo en las paredes del recinto, sino también en los corazones de todos los presentes. Aquella noche no solo se rendía homenaje a Robe Iniesta, uno de los hijos pródigos de Plasencia, sino que también se celebraba la vida y la conexión entre artistas y su gente. Era un recordatorio palpable del poder que tiene la música para unirnos.
Un tributo especial
No era simplemente un evento más; era una celebración colectiva donde cada asistente sentía que formaba parte de algo grande. La banda que acompaña a Robe Iniesta aportó su energía única, transformando cada acorde en una explosión emocional. Las voces se entrelazaban con los aplausos, creando una sinfonía vibrante que hacía eco en cada rincón del lugar.
En momentos así, es fácil olvidar las preocupaciones diarias y dejarse llevar por la magia del momento. Todos juntos compartieron risas y lágrimas al recordar las letras icónicas que han marcado sus vidas. Fue una velada donde lo personal se volvió universal, recordándonos por qué seguimos amando esta música tan profundamente.

