Este domingo, las calles de Madrid se convertirán en el escenario de una propuesta singular. No será una manifestación cualquiera ni un encierro institucional lo que detenga el tráfico frente al Congreso de los Diputados, sino una impresionante maqueta del parlamento que tomará las calles, guiada por un coro especial formado por personas ciegas. Todo esto es obra del talentoso Roger Bernat, quien ha decidido llevar la democracia a pie de calle en esta acción que coincide con los 50 años de libertad en España.
Un paso hacia la reapropiación ciudadana
A partir del centro de Madrid, esta ‘performance’ convertirá a la emblemática institución en un símbolo viviente y accesible para todos. «Es hora de desmontar el mito y hablarle al Congreso como si fuera un vecino», expresa Bernat. La idea es despojar al parlamento de su solemnidad, llevándolo a la calle donde puede ser tocado y sentido.
La maqueta descansa actualmente en Getafe, elaborada con sumo cuidado por Antonio Bachiller. Con detalles asombrosos, este paso será sostenido por seis personas que lo cargarán mientras cantan canciones que van desde el Zorongo de Lorca hasta melodías medievales en varios idiomas. Esto no solo promete ser un espectáculo visual; también busca hacer resonar voces diversas que representan nuestra pluralidad como nación.
Los antecedentes son fascinantes: ya en 2014, Bernat llevó a cabo algo similar en Santiago de Chile con una réplica del Palacio de La Moneda. Allí buscaba dar visibilidad a comunidades olvidadas y empoderarlas a través del arte. Ahora repite esa fórmula mágica adaptada al contexto español, marcando así una conexión profunda entre dos realidades.
Pese a que todavía hay misterio sobre el recorrido exacto que seguirán por Madrid, está claro que se trata más bien de un viaje sin rumbo fijo, inspirado en teorías situacionistas para experimentar la ciudad desde otra perspectiva. Y quién mejor para guiarnos que aquellos cuya visión no depende del brillo solar: «Los ciegos siempre han sido los mejores orientadores en la oscuridad», señala Bernat con ironía.
Tanto él como su compañero Juan Navarro tienen claro que esta acción no es solo una representación artística; es un acto político donde el público juega un papel fundamental. Al final del trayecto habrá sorpresas inesperadas gracias a artistas locales vinculados a La Juan Gallery.
No podemos olvidar las raíces activistas de Bernat; su infancia marcada por la militancia le ha llevado a explorar temas políticos mediante sus obras teatrales. Su trabajo no se aleja mucho del deseo comunitario: quiere invitar al público a dejarse llevar y participar activamente.
Así pues, este próximo 7 de diciembre nos encontramos ante una oportunidad única para redescubrir nuestra democracia colectiva mientras paseamos junto a esa enorme maqueta por las calles madrileñas. Porque hoy más que nunca necesitamos recordar que somos nosotros quienes debemos cuidar y revitalizar esos símbolos del poder antes de que se conviertan en meras sombras vacías.

