La decisión de RTVE de dar la espalda a Eurovisión ha levantado una oleada de reacciones en la escena musical mallorquina. Muchos artistas, alzando su voz, han dejado claro lo que piensan sobre este portazo histórico tras 64 años participando en el festival. «¡Cómo vamos a estar con gentuza genocida!», exclamó Alberto Vizcaíno, dejando claro que no se puede ignorar el contexto político actual.
Voces que resuenan en Palma
Lorenzo Santamaria fue uno de los primeros en expresar su apoyo a esta medida: «Estoy completamente a favor si Israel está presente. Este país nunca ha sido parte de Europa y siempre me ha sorprendido que esté en el festival. Es hora de hacer notar las atrocidades cometidas por sus líderes, como Netanyahu, mientras todo el mundo mira hacia otro lado».
Por su parte, Rafa Ferrá lamenta la mezcla entre música y política: «Desearía que fuera un festival puro donde lo único que importara fuera la música. Lo que está pasando es triste». Joan Carles Bestard también se suma al sentimiento general: «El Gobierno prefiere distraernos con Eurovisión para evitar hablar de corrupción».
A Luis Arboledas le parece acertado ahorrarse el espectáculo: «Solo hacemos el ridículo, salvo excepciones como Chikilicuatre. Así que celebro la decisión». Miguel Vera, desde Cadena Ser, señala que este veto también refleja una postura del Gobierno ante la situación en Gaza.
Baaldo va más allá y cuestiona por qué ciertos países son vetados mientras otros siguen participando: «¿Estamos hablando realmente de un festival por la paz? Deberíamos aplicar este tipo de reflexiones a otros eventos deportivos también». La respuesta es clara para Guillem Porcel: nuestra participación era insostenible ante las injusticias actuales.
Y así, entre opiniones diversas pero convergentes en su crítica a lo sucedido, los músicos mallorquines han encontrado una voz colectiva frente a una realidad compleja y dolorosa.

