La noticia ha caído como un jarro de agua fría en el mundo del cine y la política: José Luis Cienfuegos, director de la Seminci, ha fallecido, dejando un vacío difícil de llenar. Desde los pasillos del ministerio hasta las redes sociales, todos coinciden en que su partida es una gran pérdida. Ministros, productores y compañeros de festivales se han unido para expresar su dolor.
Ernest Urtasun, el ministro de Cultura, no pudo contener su conmoción y escribió: “Con su adiós, nos deja un legado de 30 años dedicados a impulsar algunos de los grandes festivales de cine españoles. Descanse en paz”. A esto se suma Óscar Puente, ministro de Transportes, quien también expresó su tristeza en X: “Apenas pudimos trabajar juntos, pero esta noticia me ha impactado. Muy joven y con muchas cosas por hacer. Una pena enorme”.
Un legado imborrable
El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, también lamentó profundamente la pérdida: “Es una gran pérdida para Valladolid y para la cultura de nuestra región”, afirmando que Cienfuegos fue un referente internacional del cine. La ciudad se une al duelo; desde el ayuntamiento han manifestado su apoyo a familiares y amigos en este momento tan duro.
La cuenta oficial del festival recordó a Cienfuegos como alguien que siempre defendió el papel vital que tienen distribuidores y críticos en el impulso del cine autoral. Otros festivales como el de Málaga o Medina del Campo también se hicieron eco del pesar colectivo por su desaparición.
A través de estas palabras compartidas por muchos colegas, queda claro que José Luis Cienfuegos no solo fue un director brillante; dejó huella en cada rincón donde trabajó. Su pasión por el cine seguirá viva entre quienes lo conocieron y apreciaron.

