Hoy despedimos a Udo Kier, un nombre que resuena con fuerza en la historia del cine. Este actor alemán, cuya vida estuvo marcada por el arte y la creatividad, falleció en un hospital de Palm Springs, California, dejando tras de sí una carrera impresionante con más de 200 películas. Desde sus inicios en filmes de culto como ‘Mi Idaho Privado’ y ‘Rompiendo las olas’, hasta su colaboración con el maestro Andy Warhol, Kier se convirtió en una figura emblemática.
Un viaje lleno de pasión y arte
Nacido como Udo Kierspe en Colonia durante tiempos oscuros, su talento lo llevó a Londres a los 18 años, donde conoció al director Rainer Werner Fassbinder en un bar. Esa conexión lo catapultó al mundo del cine, llevándolo finalmente a Estados Unidos. Las películas ‘Carne para Frankenstein’ y ‘Sangre para Drácula’, ambas bajo la dirección de Paul Morrissey, marcaron su ascenso al estrellato. En ellas, Kier aportó un giro inquietante a personajes clásicos, algo que se volvió su sello personal.
A medida que avanzaba su carrera, no solo brilló en Europa sino también en Hollywood. Su participación en producciones como ‘Ace Ventura: Detective de Mascotas’ o ‘Blade’ demostró su versatilidad. Pero fue su trabajo con Lars von Trier, con quien colaboró intensamente desde los años 90, lo que solidificó aún más su legado artístico.
Kier siempre llevaba consigo una chispa especial; su carisma y entrega eran palpables tanto delante como detrás de las cámaras. El mundo del cine siente hoy una profunda pérdida. Nos quedamos con sus memorables interpretaciones y ese aura única que siempre le rodeó.
