En el corazón de Palma, la Fundació Pilar i Joan Miró está a punto de dar un paso emocionante hacia el futuro. ¿Qué nos traen? Cinco impresionantes esculturas que enriquecerán su ya fascinante colección y transformarán los jardines en un auténtico parque escultórico. Las obras han comenzado a llegar y se espera que todo esté listo para diciembre de 2026.
Una inversión que habla por sí sola
Antònia Maria Perelló, la directora de la fundación, ha compartido su entusiasmo por este proyecto, que cuenta con un presupuesto total de 3,3 millones de euros. Con una aportación inicial del Govern de 881.000 euros, las obras en Son Boter han comenzado y prometen ser espectaculares. En palabras del teniente de alcalde de Cultura, Javier Bonet, las nuevas esculturas cedidas por Successió Miró están valoradas en unos 6 millones de euros. ¡Imagina lo que esto significa para nuestra cultura!
A mediados de febrero, cuando se desinstale la exposición actual en La Llotja, estas joyas artísticas encontrarán su hogar definitivo entre almendros y oliveras. La idea es recuperar el paisaje original evitando esas grandes superficies verdes que poco aportan a la esencia del lugar.
Pero eso no es todo: también hay planes ambiciosos para rehabilitar Son Boter. Ya se han protegido los grafitos y salvaguardado los muebles mientras se realizan las obras necesarias. «Lo mejor ahora es no tocar», dice Perelló, insistiendo en que una vez estabilizado el edificio, se decidirá si hacer algo especial con esos grafitos tan valiosos.
A medida que avanza el año 2026, la programación cultural girará en torno al inigualable Joan Miró. Se inaugurará una exposición llamada Retrobant la guspira màgica, donde exploraremos su regreso a Mallorca y su creatividad sin límites. Además, habrá espacio para otros artistas contemporáneos como Jean Marie del Moral o Carlos Bunga.
Todo esto con el apoyo firme del Ayuntamiento de Palma, que mantiene una aportación económica constante al proyecto cultural y confía en la dirección visionaria de Perelló para convertir a Palma en capital cultural europea en 2031. Sin duda, estamos ante un momento crucial para nuestra herencia artística y cultural.

