La historia de Morad, el rapero que ha sabido conectar con su gente desde L’Hospitalet de Llobregat, da un giro inesperado. Este mediodía, el artista fue liberado tras ser detenido por romper una orden de alejamiento impuesta por su padrastro. Todo comenzó cuando su madre sufrió una agresión a manos de este hombre y Morad, en un momento de desesperación, perdió los nervios y lanzó amenazas. Ahora, nos cuenta cómo se siente ante esta situación tan complicada.
Un día como cualquier otro
El miércoles era un día cualquiera para él. «Estaba donde siempre», dice Morad refiriéndose a La Florida, su hogar. Mientras hablaba sobre cómo hace unos días un artista belga había grabado un videoclip allí mismo, le sorprendió la llegada de la policía. Lleva más de diez identificaciones en el último mes debido a esa orden que le impide acercarse a su padrastro. Sin embargo, se encontraba a más de 400 metros del lugar donde supuestamente reside este hombre.
«No tengo ninguna intención de acercarme a él», asegura con firmeza. Para Morad, la historia es clara: ese individuo agredió a su madre y él solo reaccionó como cualquier hijo que ama a su madre lo haría. Aunque se arrepiente de haber perdido los estribos en ese momento, no puede evitar sentir que hay algo injusto en todo esto.
A pesar de no tener problemas en otras partes de la ciudad y sentirse tranquilo viviendo lejos del foco policial, reconoce que el acoso sigue presente. A menudo se encuentra con agentes que le dicen que está diferente o más maduro; pero eso no quita el hecho de que siente una presión constante por parte de las autoridades en su barrio.
Morad reflexiona sobre sus experiencias pasadas con la justicia y cómo ha decidido cambiar para mejor. Las letras de sus canciones ya no hablan sobre conflictos con la policía; ha dejado atrás esa etapa complicada.
No obstante, reconoce que aún siente miedo al recordar sus días pasados entre rejas y cómo tuvo que alejarse durante dos años del lugar donde creció. Ahora enfrenta otra vez la posibilidad de estar fuera por culpa del mismo padrastro: «Nadie me devuelve el tiempo perdido».
Pese a todo ello, el joven artista mantiene una actitud positiva: «Sigo trabajando duro por mi familia y aprendiendo cada día», afirma con determinación. Aún tiene mucho camino por delante y espera poder demostrar que los errores son parte del aprendizaje.

