Esta tarde, la Simfònica se prepara para deslumbrar al público en el Auditòrium de Palma, y mañana lo hará en Manacor. En su programa, se entrelazan las obras de dos gigantes de la música: Richard Wagner y Anton Bruckner. Ambos compositores, aunque distintos, tienen un estilo que respira vida a través de sus orquestaciones.
Comenzamos con Wagner, quien nos ofrece una Obertura de su famosa ópera El maestro cantores de Nuremberg. Aquí, el maestro juega con el humor; sí, has leído bien. Su trama está llena de situaciones cómicas que hacen sonreír. La Obertura es como un aperitivo musical que nos presenta a los personajes principales: los maestros, sus aprendices y hasta al carismático sabater Hans Sachs, figura emblemática del siglo XV en Nuremberg. Es imposible no imaginarse la escultura que lo honra en la plaza principal mientras escuchamos esta obra.
Bruckner: Naturaleza y lirismo en acción
Tras disfrutar del ingenio wagneriano, la Sinfónica nos llevará a otro mundo con la Simfonía número 4, conocida como la Simfonía Romántica de Bruckner. En sus cuatro movimientos, el compositor se convierte en un pintor musical que describe todo lo que ve a su alrededor: desde el amanecer hasta escenas vibrantes de caza en los bosques austríacos. Las trompetas y los metales crean una atmósfera expectante; realmente sientes que algo grandioso está por suceder.
No podemos pasar por alto las melodías cautivadoras del Adagio; son joyas sonoras que emergen una tras otra sin perder su esencia. Bruckner toma inspiración del camino trazado por Beethoven en sus movimientos lentos. ¡Qué conexión tan hermosa! Y aunque cada tema es único, juntos tejen una experiencia sonora impresionante.
En definitiva, esta velada promete ser un viaje emocionante desde Wagner hasta Bruckner; una fusión de majestuosa sonoridad y un lirismo puro donde cada nota tiene algo valioso que contar. Así que prepárate para dejarte llevar por este festín musical que hará eco mucho después de haber terminado.

