El Gobierno ha decidido dar un giro radical a la forma en que entendemos nuestros museos, comenzando un proceso de decolonización que promete cambiar las reglas del juego. En este camino, el Museo de Antropología se prepara para licitar nuevos proyectos en diciembre, mientras que el Museo de América lo hará en marzo de 2026. Todo esto bajo una mirada que pretende ser decolonial, antirracista e intercultural, como bien apuntó Ángeles Albert, directora general de Bellas Artes y Patrimonio.
Nuevos horizontes para nuestras historias
Con una inversión prevista de 9,2 millones para el Museo de América y 4,4 millones para el Antropológico, estos cambios no solo buscan actualizar espacios, sino también renovar discursos. El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, enfatizó la necesidad urgente de “situar los discursos museísticos a la altura de las necesidades culturales y democráticas” actuales. Y es que no estamos hablando solo de obras expuestas; hablamos de dar voz a comunidades y culturas muchas veces olvidadas.
En palabras del propio ministro: “Esto significa explicar las culturas como algo vivo”. Con esta nueva visión se busca superar un eurocentrismo arraigado en la historia misma de estos museos. En definitiva, se trata de convertirlos en espacios donde todos podamos reflexionar juntos sobre nuestro pasado y presente.
No es suficiente con renovar vitrinas; hay que cuestionar lo establecido. Por eso se incorporarán elementos del arte contemporáneo, buscando generar debate y reflexión sobre problemas sociales actuales. ¿No es hora ya de dejar atrás esa rigidez expositiva? ¡Claro que sí! La idea es ofrecer experiencias dinámicas y accesibles que conecten con nosotros como sociedad.
A medida que avanzamos hacia este cambio radical, queda claro que los museos no son solo lugares para observar objetos históricos; deben convertirse en escenarios donde cada comunidad pueda contar su propia historia. Así nos lo recuerda Urtasun: “Los museos públicos tienen una función cívica”, una afirmación poderosa que nos invita a repensar nuestra relación con estas instituciones culturales.

