En el corazón de Palma, entre estanterías repletas de historias y sueños, Marta Camin, una conocida creadora de contenido, ha compartido con sus seguidores un momento muy especial durante su visita a la librería Drac Màgic. Este espacio emblemático se ha convertido en su refugio, un lugar donde los libros le han ayudado a sobrellevar uno de los años más complicados de su vida. ‘Gracias a los libros conecté con otras vivencias, otras historias y otras formas de ver la vida’, confiesa emocionada.
Un nuevo ritual en cada viaje
Camin ha adoptado una bonita costumbre: en cada destino que visita, busca una librería local para llevarse consigo algunas lecturas como recuerdo. En esta ocasión, junto a su madre, decidió visitar Drac Màgic en el Carrer de Jeroni Antich, donde no pudo resistirse a llevarse varios títulos. Entre risas y anécdotas, cuenta que le regaló a su madre ‘Las tinieblas y el alba’ de Ken Follett, un libro que llevaba tiempo deseando leer.
Con voz entusiasta y llena de emoción comenta: ‘Sinceramente estoy tan atrevida a todas las historias que hay en las páginas de los libros que no tengo palabras para explicarlo’. Y añade al final del vídeo: ‘Quiero saber si tú te los has leído’. Su conexión sincera con sus seguidores es palpable; ella no solo comparte libros, sino también parte de sí misma.
Entre clásicos y recomendaciones virales en TikTok, Marta muestra algunos títulos que eligió: desde Frankenstein hasta Jane Eyre, pasando por Vudú, revelando así su admiración por la nueva película de Guillermo del Toro. Con una sonrisa cómplice bromea sobre las influencias actuales: ‘No voy a venir aquí de única y diferente porque sí, muchos libros los compro por recomendaciones de TikTok’.
No obstante, lo realmente conmovedor fue la sinceridad con la que habló sobre sus dificultades. ‘Este año ha sido el peor para mí’, confesó entre estanterías repletas de historias. Un testimonio honesto que resonó profundamente entre sus seguidores, quienes valoraron la importancia de esos pequeños rituales diarios que ayudan a sanar.

