Es curioso cómo los ciclos se repiten, como cada 11 de noviembre y 2 de febrero cuando la sombra de la rosassa se alinea en la catedral de Mallorca. Este fenómeno no solo ilumina nuestra isla, sino que también nos recuerda que es tiempo de celebrar la fiesta de la luz. Y así, mientras el catolicismo nos recuerda a Cristo como la luz del mundo, surgen nuevas voces en el panorama musical que buscan brillar con fuerza.
Rosalía y su Lux: más que un disco
En este contexto, aparece Rosalía con su nuevo trabajo titulado simplemente Lux. Aunque no se llame Lux aeterna, sí busca dejar huella en el corazón de sus oyentes. Con la canción Berghain, acompañada por la Orquesta Sinfónica de Londres, ha despertado elogios y críticas a partes iguales. Muchos han querido ver aquí una incursión en el mundo de la ópera. Pero seamos claros: Rosalía no está haciendo ópera, sino jugando con técnicas vocales e instrumentos orquestales para ofrecer algo fresco y atractivo.
Aunque hay quienes piensan que esta mezcla podría acercar a su público a lo que algunos llaman música clásica—algo que dudo suceda masivamente—lo cierto es que ya otros artistas han utilizado orquestas sinfónicas mucho antes. Desde los Beatles hasta Elton John, muchos han integrado estos sonidos sin pretender encasillarse en un género específico.
No me malinterpretes, me encanta Berghain; tiene una melodía pegajosa y bien construida. Pero me pregunto: ¿será un clásico dentro de unos años? Solo el tiempo lo dirá. Y mientras tanto, muchos siguen debatiendo si este enfoque realmente romperá barreras entre lo mainstream y lo académico. La musicóloga Eugenia Gallego lo expresó perfectamente: “Rosalía ha dinamitado los muros”. Así que aquí estamos, disfrutando del viaje musical mientras observamos cómo evoluciona esta artista tan única.

