La música popular siempre ha tenido ese halo de espiritualidad, un diálogo entre lo humano y lo divino que muchos artistas han querido explorar. Y aquí entra Rosalía, quien con su nuevo álbum ‘Lux’ no hace más que seguir el camino ya pisado por otros gigantes de la música. Desde Brian Wilson, quien en 1967 describió sus composiciones para ‘Smile’ como «sinfonías adolescentes para Dios», hasta un sinfín de artistas que, tras profundas transformaciones espirituales, han utilizado la música como puente hacia algo superior.
Un recorrido por diez álbumes icónicos
George Harrison, en 1970, nos presentó ‘All things must pass’, un triple álbum donde su búsqueda espiritual tras la disolución de los Beatles brillaba a través de melodías llenas de devoción. Así fue como George redefinió lo que significa ser una estrella del pop. Luego está Cat Stevens, cuya vida dio un giro radical después de una grave enfermedad; ‘Tea for the Tillerman’ refleja esa búsqueda incesante de paz interior.
Patti Smith, con su ‘Easter’, nos ofreció una obra llena de simbología religiosa tras un accidente que le hizo replantearse su vida. Años después, Bob Dylan, en uno de los giros más sorprendentes del rock, grabó ‘Slow Train Coming’ mientras lidiaba con su propia crisis personal y redescubría la fe.
No podemos olvidar a Bob Marley, quien en su último disco ‘Uprising’ fusionó ritmos alegres y doctrinas rastafaris justo antes de convertirse al cristianismo. Y ahí está también Madonna, cuyas obras reflejan una profunda conexión con diferentes tradiciones religiosas.
Lauyrn Hill, desde el soul, nos regaló un manifiesto poderoso con ‘The miseducation of Lauryn Hill’, donde habla sobre liberación y fe; mientras que Prince, a través de su obra ‘The Rainbow Children’, abordó el sexo y la religión como caminos paralelos hacia lo divino.
Cerramos este recorrido con Kanye West, cuyo primer trabajo nos muestra a un joven buscando respuestas a través del hip-hop y reflexionando sobre la redención cristiana en un mundo contemporáneo lleno de dudas.

