Cuando hablamos de Miguel Ríos, sabemos que no es solo un cantante; es un símbolo de resistencia y pasión musical. En su reciente álbum, ‘El último vals’, nos invita a celebrar la vida, incluso cuando las cosas no están del todo bien. Este granadino ha regresado con fuerza al mundo del rock, entregándonos una obra llena de matices que combina reflexiones profundas con ese toque de nostalgia que tanto lo caracteriza.
Un viaje musical lleno de energía
Recordemos que Miguel se retiró de los escenarios en 2011, pero como buen espíritu indomable, seis años después volvió a deslumbrarnos. Su última etapa ha estado marcada por colaboraciones memorables y una gira que le permitió reconectar con su esencia. Este nuevo disco no solo destaca por su sonido más rockero; también refleja un artista maduro que no teme criticar a los negacionistas y terraplanistas. ¡Es un verdadero grito contra la ignorancia!
Desde el primer tema, titulado ‘En la rampa de salida’, nos hace saber que está listo para todo: “celebrar la vida aunque estés regular”, dice con sarcasmo mientras se deja llevar por una melodía vibrante y retro. La inclusión de baterías en este disco añade esa fuerza necesaria para hacer vibrar hasta al más escéptico.
No todo es crítica social; también hay espacio para la introspección y el humor. En ‘Si pudiera parar el tiempo’, Ríos evoca recuerdos entrañables con una letra conmovedora. Y cómo olvidar ‘Más dulce será la caída’, donde bromea sobre sus tropiezos pasados, recordándonos que siempre hay lugar para reírse de uno mismo.
Cada canción es un relato en sí misma: desde las referencias a los dramas migratorios en ‘La buena orilla’ hasta las reminiscencias del pasado en ‘Oro irlandés’. Miguel logra conectar con sus seguidores sin perder ese carácter auténtico que lo define.
Así que aquí estamos, disfrutando de un álbum que promete ser mucho más que un simple vals; es una celebración continua de lo vivido y lo por venir. Con 81 años a cuestas, Miguel Ríos demuestra estar mejor que “regular”, dejándonos claro que aún tiene mucho por ofrecer.

