El Ciclop, ese festival que ha hecho vibrar a toda la comunidad, nació hace ya diez años como un sueño compartido entre Marta Barceló y Biel Jordà. Desde sus inicios en el C.IN.E. (Centre d’Investigació Escènica) de Sineu, su andadura ha estado marcada por la incertidumbre, pero también por una pasión desbordante. Y ¿quién diría que con el apoyo del pueblo se convertiría en un referente cultural?
Una década rompiendo barreras
Durante estos diez años, el Ciclop ha sido testigo de actuaciones que han cruzado fronteras, trayendo consigo premios nacionales y compañías de medio mundo. Es difícil encasillar lo que sucede en este evento; es un espacio donde los géneros se difuminan y se arriesga sin miedo. En solo tres días, puedes disfrutar desde una obra inmersiva como Odissees, hasta las innovadoras propuestas de artistas locales como Manolo Alcántara o Inés Sarmiento.
Este año no será menos. Del 19 al 21 de este mes, además de celebrar esta cifra redonda, rendiremos homenaje a Gràcia Moragues, esa artista del circo cuya ausencia se siente profundamente. El festival promete sorprendernos con estrenos como Skai is ful, lo nuevo de Hermanas Picohueso, y mucho más: danza tradicional mezclada con visiones futuristas gracias a Cati Carrasco y su proyecto Cybil·la.
Aparte del arte escénico que nos hará reflexionar y soñar, también habrá espacio para disfrutar al ritmo de Pitxorines o dejarse llevar por la energía creativa durante la Nit Canalla, donde adolescentes mostrarán todo lo que pueden crear en una noche mágica.
Diez años después, el Ciclop no solo marca el inicio de la temporada escénica; también abre caminos para otros festivales pequeños y medianos que están por venir. ¡Que siga la fiesta cultural!