Este pasado martes, Carlos Zanón, escritor y director del festival BCNegra, se sentó a charlar con Inés Martín Rodrigo y Álex Sàlmon en el videopodcast Libros y Cosas, del suplemento literario ABRIL. Con un tono cercano, este autor barcelonés de 1966 compartió su experiencia, reflexionando sobre la complicada relación entre el ego y la carrera literaria. «Sin ego no tienes carrera, pero el ego te destruye», dijo con claridad.
Una conversación llena de honestidad
Zanón se presentó encantado ante sus interlocutores, mostrando una apertura que refleja su sinceridad tanto en la vida como en su escritura. La ganadora del Premio Nadal 2022 lo define como uno de los nombres más queridos en el panorama literario español. Durante esta amena charla, se rememoró una entrevista anterior que había tenido lugar en febrero de 2023; fue un auténtico bombazo por las preguntas directas que se lanzaron entre ellos.
A medida que avanzaba la conversación, Carlos destacó cómo las editoriales tienden a recompensar a los escritores con «ego» y «vanidad», dejando de lado lo fundamental: aprender a conectar con el lector. Nos recordó que esto puede llevar a situaciones caóticas donde todo se siente improvisado y descontrolado.
El autor también tocó un punto delicado: la presión constante por renovarse en un mundo donde siempre se busca lo nuevo. Reconoció que los escritores son personas hipersensibles y eso les afecta enormemente. Sin embargo, tuvo claro al matizar su opinión: “Todos llevamos cicatrices desde pequeños. Si tu vida ha sido perfecta, probablemente te dediques a hacer otra cosa”. Es ahí donde entra esa necesidad interna de ser aceptados por nuestro trabajo.
A pesar de haber recorrido un largo camino en la literatura durante más de tres décadas, Zanón siente que todavía tiene mucho por ofrecer. Con un libro de poesía reciente y otra novela prevista para febrero de 2026, nos confesó: «Intento hacer siempre algo diferente sin perder mi esencia».
Cerrando esta interesante charla, hizo una reflexión sobre su experiencia resucitando al icónico Pepe Carvalho en su novela Problemas de identidad. Aseguró haber disfrutado mucho esa aventura literaria e incluso comentó que no escribió esa historia buscando vender miles de ejemplares; simplemente quiso ser fiel a sí mismo.