En una tarde llena de emociones, Vanessa Springora, la aclamada autora de ‘El consentimiento’, se presenta en Barcelona para hablar de su nuevo libro ‘El nombre del padre’. Esta obra no es solo una exploración de secretos familiares, sino una profunda indagación sobre el dolor y la identidad que nos definen. La escritora comparte cómo la muerte repentina de su padre, justo después de la publicación de su anterior libro, le dejó una sensación agridulce. Ella lo había retratado como un hombre ausente y despreciable, y sentía que sus palabras habían tenido un peso devastador en su vida.
Desenterrando secretos familiares
Así comenzó su viaje hacia ‘El nombre del padre’, donde se sumerge en los misterios que rodean no solo a su padre, sino también a un abuelo checo con un pasado sombrío. A medida que revela estas verdades ocultas, Springora se enfrenta a la dura realidad de lo que significa ser parte de una familia con historias tan complejas. «En todas las familias hay secretos», dice. «Cuanto más intentamos esconderlos, más fuerza adquieren para salir a la luz». Con esta investigación busca romper ciclos viciosos que han marcado generaciones anteriores.
La autora reconoce que su padre fue también una víctima; víctima del desconocimiento sobre su propio progenitor y sus oscuros secretos. Y así se plantea la pregunta: ¿por qué conservar fotografías incriminatorias si tanto esfuerzo se hizo por borrar el pasado? La ambivalencia está presente en cada rincón de esta historia familiar.
Springora nos invita a reflexionar sobre el mal en nuestra sociedad; esa banalidad del mal que Hannah Arendt describió tan bien. Todos tenemos el potencial para actuar desde lugares oscuros si no cuestionamos nuestras propias acciones y obedecemos ciegamente órdenes ajenas. Su mensaje es claro: es fundamental abrir los ojos ante esta posibilidad y tomar conciencia de nuestras decisiones.
A medida que avanza en sus revelaciones, deja claro que romper el silencio familiar es crucial para sanar heridas y construir identidades más saludables para las futuras generaciones. En un mundo donde la guerra vuelve a ser una amenaza palpable, sus palabras resuenan más que nunca: debemos aprender del pasado para evitar repetirlo.