Paula Arranz Olmos es una joven mallorquina de 25 años que, tras recorrer un camino lleno de cambios, ha encontrado su lugar en Hamburgo. Desde allí, trabaja como ingeniera en Airbus y vive aventuras cotidianas que van más allá de lo profesional. Con su carácter desenfadado, nos cuenta cómo se siente ser parte de un país donde las rutinas son diferentes y la cultura gastronómica sorprendente.
Un cambio inesperado
Tras mudarse a Escocia para estudiar, el Brexit complicó su futuro. En medio del caos, recibió la oferta de su hermana para quedarse en Alemania. Lo que comenzó como una visita temporal se convirtió rápidamente en un nuevo capítulo de su vida: «Conocí a gente clave que me animó a aplicar a Airbus y, sin darme cuenta, ya tenía contrato y piso en menos de tres meses».
Aunque la ciudad la cautivó desde el primer momento —»cada barrio tiene su propia personalidad»— también encontró sorpresas curiosas. La comida alemana le hizo reír: «Compañeros adultos bebiendo Bifrutas con Kinder Bueno como si no hubiera mañana», dice entre risas. Sin embargo, Paula extraña esa calidez mallorquina que tanto caracteriza a los suyos.
Entre retos y alegrías
A pesar de disfrutar del orden alemán —»me gusta tener horarios fijos para todo»— el idioma ha sido un verdadero desafío. La vida social aquí no es la misma: «En Mallorca somos más cercanos; aquí la gente es más reservada incluso en el transporte público», comparte con nostalgia.
Aun así, hay aspectos positivos que no puede ignorar: «Las condiciones laborales son mucho mejores aquí; tengo un buen salario y flexibilidad para trabajar desde casa», reconoce Paula mientras observa cómo sus amigos en España luchan por encontrar lo mismo.
La añoranza de casa
Pese a todo lo bueno que ha encontrado en Alemania, Paula no oculta sus ganas de volver a disfrutar del verano mallorquín: «Echo mucho de menos ir a la playa con mi familia y esos platos típicos como el trempó o el pan con aceite». No sabe si permanecerá eternamente allí; sin embargo, mira al futuro con esperanza: «Algún día cumpliré ese sueño alemán y compraré una casa aquí… pero todavía necesito vivir mejor antes».