El pasado sábado, Son Fusteret se convirtió en el escenario perfecto para que la banda cartagenera Arde Bogotá desatara toda su energía. Alrededor de 9.000 almas se reunieron, ansiosas por disfrutar de un espectáculo que prometía ser explosivo.
Aunque el concierto empezó con una media hora de retraso, eso no impidió que la emoción se palpase en el aire. La primera nota resonó y las guitarras empezaron a vibrar con fuerza. Con temas de sus discos Cowboys de la A3 y La noche, además de las recientes Flores de venganza y La Torre Picasso, Arde Bogotá supo cómo calentar al público desde el primer momento.
Canto a la libertad y a la vida
“Hemos venido a bailar”, proclamó Antonio García, el carismático vocalista del grupo, mientras instaba a todos los presentes a dejarse llevar por el ritmo. Y vaya si lo hicieron. Las guitarras rasgaban el aire y cada acorde era como un empujón para liberar todo ese estrés acumulado.
No faltaron los grandes éxitos como Veneno, Abajo, o El beso. Y aunque algunos ya esperaban ansiosos los acordes de temas como Exoplaneta, también había espacio para momentos más íntimos donde todos coreaban al unísono.
No es la primera vez que Arde Bogotá pisa Mallorca; esta fue su tercera actuación en la isla, pero ellos mismos comentaron en una reciente entrevista que ahora están en otro momento creativo. Sus letras resuenan con fuerza en cada rincón, convirtiéndolos en uno de los grupos más prometedores del rock español actual.
A medida que caía la noche, quedó claro: Arde Bogotá no solo ofrece música; regalan experiencias inolvidables que hacen vibrar hasta lo más profundo del alma.