La preocupación se siente en el aire, y es que lo que ocurrió el pasado 8 de agosto en la Mezquita-Catedral de Córdoba ha marcado a todos. Gabriel Ruiz, arquitecto conservador, compartió este martes lo angustioso que fue presenciar un incendio en uno de los monumentos más emblemáticos del mundo. «Este ha sido el momento más angustioso en estos cuarenta y tantos años», confesó. Su compañero, Gabriel Rebollo, seguía cada movimiento desde la distancia, informándole sobre la evolución del fuego por teléfono.
Un plan de acción para restaurar
Afortunadamente, las cosas no fueron tan terribles como podrían haber sido. Ruiz enfatizó que «las dos mejores cosas que han ocurrido son que el fuego no se ha extendido y que no hemos perdido nada irrepetible». Ahora mismo, ambos arquitectos están trabajando a contrarreloj para implementar un plan de emergencia y restauración. «La semana que viene ya estará terminada esta fase», asegura Ruiz mientras supervisa la instalación de una cubierta destinada a proteger lo dañado.
Es difícil no imaginarse el terror al ver cómo el humo salía de la capilla del Espíritu Santo justo cuando pensaban que todo estaba controlado. «Se te corta la respiración», recuerda Rebollo. La buena noticia es que las capillas más valiosas han sobrevivido al desastre; esas obras maestras diseñadas por Hernán Ruiz II y I siguen intactas.
Sin embargo, aún queda mucho trabajo por delante. Los arquitectos son conscientes de los daños: «Hay que ser más exigente en la reparación», advierte Ruiz mientras piensan en cómo asegurar que este edificio histórico esté mejorado técnicamente después de su restauración.
El camino hacia la recuperación será largo y puede extenderse hasta mediados de 2026. Las cubiertas afectadas requieren una atención especial, así como una columna muy dañada en la puerta de San Nicolás. A pesar del reto monumental ante ellos, ambos arquitectos mantienen un espíritu optimista: “No se ha perdido nada significativo; lo vamos a rehacer inmediatamente”, afirma Rebollo con una sonrisa.
En definitiva, aunque este incendio haya dejado marcas temporales, sus esfuerzos aseguran que pronto volveremos a disfrutar de la Mezquita-Catedral tal y como merece: ¡mejorada!