En el corazón de Madrid, Julieta Gracián se ha convertido en un fenómeno que no deja a nadie indiferente. Esta artista barcelonesa, con solo 24 años, ha logrado conectar con su público de una manera única. Durante su reciente entrevista, Julieta compartió su perspectiva sobre el desamor y la vida: «No he sentido ningún prejuicio; nuestras lenguas son preciosas». Y es que su música va más allá del simple entretenimiento; busca transmitir esperanza y amor propio.
Un viaje musical lleno de emociones
Su último álbum, 23, continúa el camino apasionado que comenzó en 2021, mientras prepara una gira ambiciosa por España. La canción Bikini rojo, lanzada como su gran apuesta veraniega, está arrasando y ya cuenta con más de 400.000 oyentes mensuales en Spotify. «Mis letras hablan de cómo los cuentos se desvanecen con el tiempo», explica Julieta, quien sabe perfectamente lo que significa evolucionar.
A pesar del éxito creciente, ella mantiene los pies en la tierra: «Me apoyo en mi entorno para no perder la cabeza», dice con sinceridad. Su proceso creativo es casi instintivo; compone cuando las emociones fluyen y siempre busca esa conexión auténtica con sus vivencias. A veces se siente como si hubiera madurado más rápido que sus amigas debido a las experiencias intensas que ha vivido en esta industria.
Pese al peso que puede significar fichar por Sony, Julieta asegura que se siente respaldada y respetada desde el principio. Ella canta tanto en catalán como en español sin presiones externas; simplemente fluye según lo siente en cada momento. “Nunca he sentido prejuicios aquí”, añade sobre su acogida en Madrid.
Con una visión clara del futuro y un deseo ardiente de internacionalizar su proyecto musical, Julieta no teme explorar nuevas culturas y sonidos: «Quiero seguir mejorando». Y así lo hará, porque este talento catalán está listo para conquistar corazones mucho más allá de nuestras fronteras.