El 15 de agosto, un día que muchos en Mallorca esperan con ansias, nos regala una imagen mágica. Hasta 80 iglesias de la isla se engalanan para mostrar sus esculturas de la Mare de Déu Morta, también conocida como las Vírgenes Dormidas. Esta costumbre religiosa ha cobrado fuerza en los últimos años y ha dejado boquiabiertos a turistas que, curiosos, pasean por el centro histórico de Palma y los encantadores pueblos donde se pueden admirar estas impresionantes tallas.
Un encuentro entre fe y belleza
La festividad de l’Assumpció de Maria transforma el ambiente. Las misas, como la celebrada en la Catedral de Palma a las 10:30 horas, atraen a numerosos feligreses que desean rendir homenaje a esta figura tan emblemática. Y no solo ellos; quienes visitan la catedral también pueden maravillarse con la imagen de la Mare de Déu hasta el 22 de agosto. Es un momento especial, donde el recogimiento y la fe se entrelazan con el asombro por la belleza artística.
Este año, más que nunca, es evidente cómo esta tradición conecta con todos nosotros. No es solo un ritual; es una forma de recordar nuestras raíces y compartir nuestra cultura con quienes nos rodean. Entre risas y murmullos respetuosos, cada rincón cuenta su historia mientras Mallorca se viste para honrar a su querida Virgen.